viernes, 17 de febrero de 2012

capital social

instituciones sociales de capital social

a.
Confianza. En el sentido usado aquí, de trust, la confianza individual es una actitud (no una
emoción) basada en la expectativa del comportamiento de la otra persona que participa en una
relación en el afecto que existe entre ambos. La confianza tiene un soporte cultural en el principio
de reciprocidad, un soporte emocional en el afecto que se siente hacia personas que se muestran
confiables y quienes muestran confianza en nosotros. Se expresa en conductas reiteradas y
reforzadas de expresiones que comunican esa confianza en discursos y en acciones de entrega del
control sobre bienes.
La presencia o ausencia de confianza es producto, no de una programación rígida de una
cultura 'ancestral', sino de la iteración de interacciones con otras personas, que demuestran en la
experiencia acumulada que responderán con un
alimentando un vínculo que combina la aceptación del riesgo con un sentimiento de afectividad o
de identidad ampliada. Confiar implica una disposición a entregar el control de bienes propios al
otro (o, en el caso de una institución, a sus autoridades). Significa, por ende, superar la aversión al
riesgo, por lo menos con esa persona o grupo.
Sin embargo, mientras mayor es el valor de los bienes cuyo control es cedido o compartido,
mayor es la tentación a la traición, es decir, el costo de oportunidad de seguir siendo confiable. La
necesidad humana de tener en quien confiar, frente a un mundo de riesgos y amenazas, hace posible
tanto las relaciones de capital social como la estafa basada en 'juegos de confianza' (por los '
men
internalización de normas de identidad comunitaria para evitar la traición. Cuando la traición
Reciprocidad. En las Ciencias Sociales, en particular la antropología, el concepto deocurre, constituye un aprendizaje traumático, un refuerzo negativo contra la confianza
b.
quid pro quo1 a un acto de generosidad,con'). Todos los grupos sociales alimentan los sentimientos de obligación del parentesco y la2.
reciprocidad se ha construido sobre la base del clásico “Ensayo sobre el Don” de Marcel Mauss.
El “Ensayo sobre el Don”, escrito por Mauss a principios de siglo y publicado en los años
50, identifica a la reciprocidad como principio regidor de las relaciones institucionales formales e
informales a nivel de comunidad. Tanto en las sociedades premercantiles como en las nuestras
existe una lógica de intercambio ajena a la lógica del mercado (aunque opera también en el ámbito
del mercado) que involucra el
obsequio es a la vez una señal de disposición a iniciar una relación social y una obligación
culturalmente sancionada a retribuir. En esta 'reciprocidad difusa', la compensación por un favor, un
préstamo o un “regalo” es obligatoria, pero no en forma inmediata ni siempre de equivalencia
precisa, a diferencia de las transacciones mercantiles (Mauss, 1966).
En cualquier entorno socialmente delimitado (en una sociedad tradicional o en la mayoría
de las comunidades de hoy), las relaciones sociales son establecidas a través de numerosas
interacciones pasadas y como potenciales que se prefiguran en una perspectiva de largo plazo. En
las comunidades de membresía estable, las relaciones tienden a darse entre las mismas personas y
familias en todos los ámbitos y en todas las instituciones de la vida humana: religiosa, jurídica,

intercambio basados en obsequios (objetos, ayuda, favores). Un

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